Es tan habitual que casi puede convertirse en un hábito. Llega a tus manos una hermosa vivienda que otrora fue tu hogar, donde creciste y convertiste tus recuerdos en una trayectoria de vida.
O quizá llega desde un familiar con el que no conviviste pero del que guardas gratas experiencias y señales de familia que solo uno conoce.
Aplicar un home staging radical y despersonalizado parece que sea la mejor opción. Vaciar, remodelar, pintar, decorar, o simplemente dejar la casa vacía.
Todo ello requiere de una energía que probablemente no tengas en estos momentos. Es posible que te apetezca sentarte a revisar cada recuerdo, de modo que rememores cada instante de felicidad vivido.
Pues esto es posible y no lo es. Requiere de fuerza de voluntad. Y acometerás esta labor del modo más eficaz y ligero que este en tus manos.
Debes proveerte de cajas, maletas, y demás espacios que puedan albergar todo aquello que desees guardar y llevar contigo. Recuerda que es importante todo quede identificado para su posterior gestión en tu propio hogar.
Esta «Casa Heredada» que ahora te ocupa y la cual quieres vender, tendrá que quedar lo más asequible y al alcance de nuevos moradores.
Es evidente que por muy bien conservada que esté, precisara de alguna actualización, o reparación. Sin necesidad de embarcarse en grandes gastos, si será conveniente que no contenga roturas o desperfectos evidentes.
Una vivienda de familia es un tesoro. Pero lo es para los herederos. Los compradores solo pretenden encontrar un lugar donde situar su nuevo hogar, o hacer una inversión.
Así que manos a la obra. Despeja, limpia, ordena y crea un nuevo lienzo en blanco donde sus nuevos dueños tracen las pinceladas de su vida.
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